Bellingham es Mbappé, pero también es Zidane cuando galopa y Benzema cuando merodea el área emboscado siempre con malas intenciones. Bellingham es un ocho, es un nueve pero sobre todo es un diez. Bellingham es el líder del Real Madrid y el pichichi de una Liga que por fin ha encontrado una nueva estrella. Los dos goles del inglés, que lleva tres en dos partidos, sellaron la remontada del equipo de Ancelotti, que se encontró con el tempranero gol de Arribas. Vinicius abrochó el triunfo blanco con un golazo de vaselina en el segundo tiempo.
Cuando algo funciona es imprudente tocarlo y Ancelotti no ha llegado a viejo en el banquillo del Real Madrid con esa salud y ese pelazo por ser precisamente imprudente. Así que en Almería colocó a los mismos de Bilbao con el asterisco de un Militao al que va a echar de menos una larga temporada. En su lugar jugaba Rüdiger, ese tipo con cuerpo de boy capaz de cortarte la digestión cuando te mira fijamente y con cara de mala leche con esos ojos que parecen dos huevos duros. También faltaba el tocado Camavinga al que suplía el viejo Kroos, perdido su cartel de titularísimo.
El resto, los mismos que en San Mamés, incluido un Lunin que ya sabe que está jugando de prestado y que tiene a Kepa a las puertas de su puerta. Que me aspen si no juega contra Aspas el viernes que viene. Por refrescar la memoria a quienes estén todavía con los pies llenos de arena de la playa. Este era el once del Real Madrid ante el Almería: Lunin de portero; Carvajal, Rüdiger, Alaba y Fran García formaban la zaga; Tchouaméni, Kroos, Valverde y Bellingham el centro del campo, y Rodrygo y Vinicius volvían a ser los delanteros a la espera de si se alinean los astros y al final llega Mbappé.
Por cierto, Modric vivía su segundo partido consecutivo desde el banquillo, algo que no le ha pasado desde que llegó al Real Madrid hace diez años en los tiempos de Mourinho. Si su situación de suplente se prolonga, tendremos tendremos debate y lío. Bueno, vamos al ídem que empieza el fútbol.
Sopapo para empezar
Que empezó con un sopapo tempranero para el Real Madrid. Y se lo dio Arribas, canterano madridista a las órdenes de Raúl hasta hace un cuarto de hora. La jugada fue una contra conducida por Robertone que pilló despistado y en bragas a todo el Real Madrid. Apenas replegaron Fede Valverde, Alaba y Kroos. Nadie más. El almeriense cabalgó sin oposición hasta el lateral del área madridista, la puso al área y allí apareció Arribas para cabecear picado y al centro. Allí apareció Lunin para comérsela con mucho estilo, porque era un remate parable para cualquier portero de nivel medio.
Ancelotti cabeceaba y se echaba un par de chicles al coleto. La puesta en escena de su equipo, despistado y partido, era paupérrima. Sólo Vinicius trataba de echarse al Real Madrid a su espalda, mojada de sudor por el sofocante calor de Almería. Sin noticias de Bellingham en el primer cuarto de hora, tampoco le acompañaban Kroos, Valverde ni Tchouaméni, así que el Madrid atacaba con prisa y precipitación.
Pero atacaba, atacaba y volvía atacar. Y así llegó el empate en el minuto 18. Fue un centro de Carvajal que cabeceó Valverde al centro. Por allí merodeaba Bellingham en mitad del área pequeña y por allí le cayó la pelota. Se giró en el área y la puso con estilo por abajo y pegadita al palo. El VAR chequeó la posición del inglés y dio validez al gol a pesar de que la imagen de televisión daba la impresión contraria.
Iguala Bellingham
Con el partido equilibrado respiraba Ancelotti, sabedor de que a la larga su equipo le tomaría la medida al partido. Así fue. El Madrid inclinó el juego hacia el área de Maximiano como si fuera cuesta abajo y empezó el goteo de ocasiones. Rodrygo en el 26 lamió el segundo, pero su venenoso disparo raso rozó por fuera el palo derecho del meta del Almería.
🔥El Almería-Real Madrid se jugó con una sensación térmica de 36º
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Reaccionaron los locales con un disparo lejanísimo de Baba, que se envenenó al botar delante de Lunin. Esta vez el meta del Real Madrid metió una gran mano abaja para evitar lo que podría haber sido el segundo tanto del Almería. Otra vez el meta ucraniano fue protagonista al sacar de cualquier manera un tiro lejanísimo de Robertone que volvió a botarle en sus mismas narices. Y otra vez en el 41 tuvo que emplearse a fondo el meta del Real Madrid para sacar un disparo a bocajarro de Luis Suárez.
El Real Madrid se repuso de los tres sustos locales con una ocasión de Rodrygo, cuyo disparo en el área se topó con Maximiano. Pero el Almería volvió a castigar el área del equipo de Ancelotti. Ni Rüdiger ni Alaba eran capaces de dominar el juego aéreo. Tampoco Lunin, que se había construido un chalet bajo los palos.
Pero justo en el 49, a unos segundos del final del primer tiempo, llegó el segundo del Real Madrid. Entre Bellingham y Carvajal asistieron a un Kroos que la puso con elegancia lejos del alcance de Maximiano. Sánchez Martínez dio gol, pero le advirtieron desde el VAR de una posible falta de Carvajal por pisotón. El colegiado acudió al aviso, revisó la jugada y anuló el tanto. Así que con el gol interruptus y el 1-1 en el Power Horse Stadium nos fuimos al descanso.
Sánchez Martínez anuló un gol a Kroos por una falta previa de Carvajal https://t.co/NUPa51fMtM
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Del que regresamos con un Real Madrid algo más centrado e intenso en la presión. Resistía el Almería empujado por su animoso público. Fede Valverde avisó en el 49 con un tirazo cruzado tras asistencia de un Fran García otra vez timorato. Los de Ancelotti cocinaban el segundo, puede que demasiado a fuego lento. Además, echaban en falta la electricidad de un Vinicius con el que Carletto ha hecho lo mismo que Yolanda Díaz con Irene Montero: sacrificarlo. Aun así, el brasileño lo intentaba fuera de sitio.
Repite Bellingham
Justo al filo del 60 volvió a aparecer la gigantesca figura de Jude Bellingham para poner por delante al Real Madrid. El pase medido lo puso Kroos al área grande. Allí atacó Bellingham el espacio y cabeceó a la portería que había abandonado un atolondrado Maximiano dejándola vacía. Pues nada. El Madrid se ponía por delante gracias a un jugador que es un 8, un 9 pero sobre todo es un 10.
El Almería, esta vez sí, acusó el gol del Real Madrid, que empezó a gobernar el partido con solvencia y comodidad. Rodrygo perdonó el tercero en un mano a mano ante Maximiano al que llegó más forzado que Pedro Sánchez con Puigdemont. Ancelotti, con todo, metió de golpe a Modric y Camavinga por Rodrygo y Kroos. El objetivo era amarrar el centro del campo y de paso el partido.
Lo terminó de abrochar Vinicius en el 72 con un golazo tras una buena jugada coral del Real Madrid. Fue un toque sutil de vaselina desde el área grande tras recibir el pase de primeras de Bellingham. Control con los tacos y sutileza para lograr el tercero. Y perdonó el cuarto un minuto después tras una contra galopada por Valverde.
En los minutos postreros del equipo, con el Almería rendido y fundido, el Real Madrid sesteó porque sabía que tenía el partido ganado. Los de Ancelotti dejaron pasar el tiempo y no quisieron hacer más sangre, y eso que Carvajal en el 88 rondó el cuarto que evitó Maximiano al llevarse un enorme pelotazo a bocajarro como daño colateral. Después las tuvieron Brahim, que entró junto a Joselu en los minutos finales, y Fran García, que se topó con el palo.
El 1-3 definitivo, que pudo ser más abultado, le bastaba y le sobraba al Real Madrid para pasar la noche líderes tras dos victorias de visitante en el arranque liguero. Una Liga que tiene a Jude Bellingham como gran estrella. Falta hacía.